Imagínese el siguiente cuadro de situación: Encuesta a transeúntes al azar de una muestra totalmente representativa.
Se le pregunta al encuestado (que podría ser usted mismo en este momento):
<< Jorge es muy tímido y retraído, siempre cervical, pero poco interesad por la gente y por el mundo real. De carácter disciplinado y metódico, necesita ordenarlo y organizarlo todo y tiene obsesión por el detalle…>>
¿Es probable que Jorge sea un bibliotecario o un agricultor?
La semejanza de la personalidad de Jorge con la de un bibliotecario es algo que todo el mundo le viene a la cabeza, pero las consideraciones estadísticas, igualmente relevantes, son casi siempre ignoradas. Sabían que hay más de 20 agricultores por cada bibliotecario?
Habiendo muchos más agricultores, es obvio que habrá más de ellos con personalidad disciplinada y metódica manejando un tractor, en vez de bibliotecarios recomendando libros.
Daniel Kahneman descubrió que los participantes de los experimentos ignoraban los datos estadísticos relevantes y confiaban exclusivamente en su semejanza.
Las dificultades del pensamiento estadístico describe una desconcertante limitación de nuestra mente: nuestra excesiva confianza de lo que creemos saber y nuestra aparente incapacidad para reconocer las dimensiones de nuestra ignorancia y la incertidumbre en el mundo en que vivimos. Somos propensos a sobrestimar lo que entendemos del mundo y a subestimar el papel del azar en los acontecimientos.
Daniel Kahneman ocupa la cátedra de Psicología de la Universidad de Princeton y es profesor de asuntos públicos de Woodrow Wilson. En 2002 fue premio Nobel de economía por su trabajo pionero a la hora de integrar descubrimientos de la psicología en las ciencias económicas, sobre todo en lo concerniente al juicio humano y a la toma de decisiones en entornos de incertidumbres.
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