Les dejo para que lean esta reflexión de un estracto de Pilar Sordo, escritora, conferensista Chilena, me pareció muy aplicable al mundo de los negocios y de las empresas familiares.
«Yo no creo que haya que darles a los hijos todas las posibilidades que podamos, ellos también tienen la obligación de buscarse las suyas por sí solos , para poder desarrollar la capacidad de valorar lo que se consigue y se tiene, y ser capaces de agradecer lo que se ha recibido. Hoy los adultos sienten que dándoles a sus hijos todo lo que desean son mejores padres y ellos, los hijos, los van a querer más, hablar mejor de ellos o evaluarlos de una manera más completa y favorable por su rol. ¡Qué gran error! Ningún hijo se va a acordar cuando ese padre ya no esté que una vez le compró un celular a los nueve años; evidentemente no se acordará porque no lo necesitaba en ese momento de su vida y no era algo trascendental que valía la pena recordar. Pero sí se va a acordar de que ese padre le rascó la cabeza, que hicieron guerra de almohadas o cocinaron juntos; también si le dijo te quiero todos los días y sobre todo, si le exigió lo suficiente para llegar a ser una buena persona. A veces, aunque se pueda, hay que decir que no, de esa manera se forma el carácter, se desarrolla la tolerancia, se educa la paciencia y se crea la capacidad de agradecer lo que se ha vivido».